Francesca Woodman, la primera fotógrafa "anti-selfies"

La estadounidense Francesca Woodman se ha convertido en una de las fotógrafas más estudiadas e influyentes de su época. Nació en una familia de artistas (su madre, era escultora; su padre, pintor; su hermano, videista), y desde joven experimentó con la iluminación, el autorretrato y el blanco y negro, pero no tuvo en vida los resultados que esperaba.

Su trabajo tiene un aura fantasmal cuyo protagonista suele ser ella misma. Tiene una cierta fascinación con su cuerpo. Su rostro aparece y desaparece, se funde y transforma, como un espíritu, como un ángel. Se fotografía a sí misma, pero a la vez se esconde. El entorno, los objetos, los muros se van apoderando de su cuerpo y lo muestran en un tono de melancolía y angustia.  En su trabajo se siente la muerte. Y podríamos pensar que fue una antesala de su suicidio, por la oscuridad y desesperanza que proyecta.

Para algunos expertos, ella fue la primera artista anti-selfie, porque en su autorretrato el cuerpo se anula a sí mismo. Para ti, ¿podrían catalogarse estas fotografías de Francesca Woodman como anti–selfies?

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