Cuando se habla de fotografía de calle, el concepto parece tan amplio que es como si se hablara de cualquier cosa. Eso es lo que parece a simple vista, pero no es tan así. Hay maneras de acotar el concepto. 

Para muchos, responde a lo instantáneo de la vida urbana, responde a fotografiar sin trampas, sin efectos, sin maquetas. Y aunque sabemos que no todos los fotógrafos de calle responden a ese mismo significado, la mayoría entiende que alude a la espontaneidad, a la búsqueda del instante preciso, a captar la esencia de lo que ocurre en el entorno, a ese hálito colectivo que se contrapone con la soledad del fotógrafo, o del artista más bien, que quiere plasmar su propio mundo en una fotografía.

El fotógrafo y fotorelator, Mauricio Hoyuelos, responde a este perfil. Mauricio se mueve en bicicleta por las calles, buscando significados personales a un mundo difícil de descifrar. Para él, es un arte más bien terapéutico, de encontrarse en el otro, y eso muchas veces puede ser revelador. 

Sus trabajos en Instagram han recibido premios y recibió también el reconocimiento de la Federación Internacional de Museos de Derechos Humanos FIHRM-LA, por una fotografía que muestra a una mujer de calle haciendo el símbolo de la paz. La historia de la fotografía la cuenta con mucho entusiasmo. «Fue en el marco de unas protestas ocurridas hace unos años en el sector de Estación Mapocho. Me alejé un poco de la gente, y en una de las calles menores me encontré con una gitana y nos pusimos a fumar un cigarro. Recuerdo que me costaba entender lo que me quería decir, pero pese a eso hicimos conexión. Después de conversar un rato, le hice una foto. Ella, como leyendo lo que estaba buscando, me hizo el símbolo de la paz. Fue por eso que a esta fotografía le puse "Regalo", porque eso fue lo que ocurrió. Hicimos conexión emocional, y ella me lo quiso retribuir de alguna forma». 

A continuación, mostramos algunos trabajos de este fotógrafo chileno.