La serie Ratched y la preocupación por la fotografía en TV
Esta serie creada por Evan Romasky y Ryan Murphy, está basada en la enfermera Rached, de la película Atrapado sin salida (Alguien voló sobre el nido de cuco), dirigida por Milos Forman y protagonizada por Jack Nicholson en 1974, pero más allá de ese antecedente, que para efecto de la historia no se vuelve relevante, el principal atractivo de la nueva producción de Netflix es que todo ocurre en un hospital siquiátrico, en un mundo oscuro y terrorífico, pero gracias al hermoso trabajo de los directores de arte y fotografía, ese supuesto manicomio donde hay asesinatos y locos violentos, se convierte, más bien, en un hotel cinco estrellas, en una residencial boutique que todos desearíamos conocer en nuestras próximas vacaciones.
La preciosa gama de colores saturados, algo vintage, las alfombras texturizadas, los estampados exagerados, toman un rol tan importante, que el espectador se entrega a una trama no tan convincente, por el simple deleite de ver una serie que se centra más bien en la forma que en el contenido, en la composición artística más que en el argumento. Y eso se agradece. En un mundo donde estamos acostumbrados a centrarnos en la trama y nada más que en la trama, en los grandes héroes y sus conflictos, la serie Ratched se detiene en la forma, en la belleza, en la composición de la imagen, algo que debiera ser central pero, que rara vez, ocurre en las producciones audiovisuales.
“Se trataba de reforzar el contraste, presentándolo como una metáfora de la historia que subraya el comportamiento de nuestra heroína, la enfermera Ratched”, explica el director de arte de los últimos episodios Mark Taylor.
La fotografía está a cargo de Simon Dennis, Nelson Cragg y Blake Mclure, quienes han trabajado en otras series como Peaky Blinders (Simon Dennis), Homeland (Nelson Cragg) y Hollywood (Blake Mclure). Tres fotógrafos que hacen que Ratched, sea toda una delicia para nuestros ojos.